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miércoles, 4 de agosto de 2010

La concepción india sobre el “pecado”.

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En la espiritualidad del siglo XXI, y creo que de hecho en toda la historia de la espiritualidad, se concibe una realidad libre de pecado. Yo no sé, como fue que las enseñanzas del cristianismo perdieron el rumbo haciéndose diametralmente opuestas a lo que el centro del ministerio de Jesús [1], perdiendo su significado.

Si en teoría se supone que la cristiandad se basa en el hecho de la redención de Jesús (su acción expiatoria). ¿No sería ilógico pensar que esa acción expiatoria de Jesús fue sólo para un club VIP de elegidos? Sí, yo sé que es bastante ilógico, pero aún así muchas iglesias de la cristiandad se enseña esto.

En mi adolescencia, escuché la predica de un pastor perteneciente a la denominación Centro Cristiano. Al parecer fue durante un retiro en época de Semana Santa, y de verdad fueron contundentes y hermosas las palabras que le escuché decir…
Su sermón se basaba en la idea de que Jesús, en su trayecto por el calvario, fue recogiendo, absorbiendo literalmente, el pecado del mundo. Al grado tal de que al momento de su muerte pudiera destruir al pecado.

Esta idea me pareció asombrosa…

Pero en la práctica, las Iglesias rechazan esta postura…

Si nos basamos en la simple razón (algo a lo que apelaba insistentemente Lutero cuando buscaba la reforma de la Iglesia) ¿qué sentido tendría la venida de Jesús si sólo hubiera redimido a unos tres o cuatro nada más?… Eso pondría a Adán y a Eva en una posición mucho mayor a la de Jesús, puesto que se supone que ellos dos “infectaron” a la humanidad con el pecado ¿Entonces Jesús no pudo remendar su error y redimirnos a todos? ¿O no quiso?

La verdad amigos, creo que las enseñanzas de Jesús son horrendamente sencillas, para el horror de muchos y para el terror de teólogos y aquellos que les gusta “pontificar”.

Las verdades de Jesús pueden resumirlas en dos sencillas premisas; la primera: Dios es Amor, la segunda: Dios es Padre.

Partiendo de esto creo que toda noción de pecado es una locura, que nos impide ser felices y vivir la experiencia del Amor Divino.

Hoy, mientras hacía mis lecturas, me encontré con un hermoso paralelismo que hace Robert H. Stucky, comparando la noción que tiene occidente del respecto al pecado con la idea de la filosofía hinduista que más se le parece: ajñana.

Ajñana
es una idea de limitación (y en todo caso la idea de “pecado” también). Literalmente ajñana podría entenderse como “el no conocimiento” o la “ignorancia primordial”.

Creo que en este sentido, el hinduismo y el cristianismo son como hermanos “dos gemas de un mismo valor” dijera Giovanni Bocaccio. La mayoría de las escuelas filosóficas del hinduismo hacen un fuerte hincapié en el hecho de un despertar de la conciencia Divina del hombre (es decir la propia Divinidad, o Divinidad Interior).

Aunque el cristianismo pudiera no tratarse esencialmente de un “despertar de consciencia”, la verdad es que las enseñanzas mismas de Jesús que llegaron a nuestros días por medio del Evangelio de Juan y de algunos de los Evangelios gnósticos [2] apuntan a estas enseñanzas; “Qué acaso no dicen las escrituras que ustedes son Dioses” [Juan 10:34].

¿No son entonces las enseñanzas de Jesús un Despertar de Conciencia; la Conciencia de que al ser Hijos de Dios somos Uno con Él: La Conciencia de que somos Divinos?

Sé que muchos no estarán de acuerdo con esto, pero no pierdan la oportunidad de reflexionar al respecto.


Finalizo con la afirmación para el día de mañana:


“El Reino de los Cielos está dentro de nosotros porque somos, en esencia lo mismo que buscamos”
[Robert H. Stucky]


En Jesús y su Espíritu!!!



Daniel+
Sacerdote,
Comunidad de San Juan Apóstol.
http://rvdo-daniel-fragoso.blogspot.com/


1.Puesto que no sólo enseño sino que también se vivieron y practicaron durante mucho tiempo, en la época de los apóstoles y aún en el cristianismo primitivo.
2. Como siempre, se citan el de Felipe y el de Magdalena.

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