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lunes, 28 de enero de 2013

Jesucristo en Medio de Nosotros, Ayer, Hoy y Siempre.

No cabe duda que las difíciles pruebas nos ayudan al desarrollo interior.

Esto claro si somos lo suficientemente capaces de discernir qué es lo que viene para el desarrollo personal y lo que no.

Pese a que nos soy católico romano, he de confesar que desde hace algún tiempo he simpatizado con algunos de los escritos espirituales de Fray Luis de León y de Santa Teresa de Ávila.

Aunque honestamente discrepo enormemente con la teología de aquella época, y que no es nada sorprendente que resulte ser el "marco teórico" por llamarlo de alguna manera, la que le da sustentos conceptuales a esta serie de escritos.

_ Como mesoamericano que soy. Difícilmente podré comprender el sistema teológico cristiano que nos impusieron los españoles. Cosa curiosa que resalte de esto, es que se trata del mismo sustento teológico el de la conquista, que el de los escritos de estos dos místicos.

_ Desde niño, nunca me gustó ingresar a los templos atiborrados de imágenes terroríficas, de mujeres dolientes y cristos ensangrentados. Para se muy honestos, siempre he aborrecido esta teología del "miércoles de cenizas  tan cargada de culpas y de dolores. Ese definitivamente no un cristianismo para mí. Y para nada será el tipo de pensamiento cristiano que estoy dispuesto a promover. Si aún no queda claro a qué me refiero, puede usted dar cuenta de esto en la perspectiva sádica de la película "La Pasión" de Mel Gibson. La cual da un excelente reflejo de lo que trato de explicar, y que resulta ser la teología con la que fue cristianizada Mesoamérica, y que es la base de la predica de los grupos evangélicos ultraconservadores que tan de moda están en los EE. UU.

Para no variarle, creo que ya me estoy saliendo de tema...

"Es usted un sacerdote viejo en el cuerpo de un niño", me dijo una vez muy cariñosamente Monseñor Ken Maley. Y mucho tenía de cierto, porque como persona mayor, muy fácilmente pierdo el hilo de la conversación.


_ El tema que quiero tratar hoy, es sobre el modelo de crecimiento espiritual que ha llegado a mí en estos días.

_ Alejándome de la teología "de la cruz". Pero sin caer tampoco en los excesos de la "teología buenista" muy de moda entre la corriente neopentecostalista de la "teología de la prosperidad" y esa chatarra pseudometafísica de "The Secret", quisiera detenerme un momento ara compartir con ustedes una historia de desarrollo personal, que me ha ayudado a asimilar para mí, un nuevo modelo de aprendizaje y de crecimiento interior. Es decir, espiritual.

_ Diciembre y enero han sido meses de mucha carga de trabajo para mí. Y también tuve que tomar decisiones muy importantes. Por los estudios seglares de posgrado que estoy realizando en estos momentos, y que distan mucho  del ámbito de estudio de mi formación original, me he visto envuelto en esta estereotípica forma de vida del posmodernismo de "sálvese quien pueda".  Es decir, trabajo, trabajo y más trabajo, porque sino te mueres de hambre. Y que conste que en un país como este, se trata de una frase muy literal.

_ En fin. Resulta que un día recibí un golpe emocional muy duro. Uno de esos eventos para los que uno nuca está preparado. Uno de esos sucesos que te llegan de golpe cuando tú crees que has puesto lo mejor de tu empeño para que las cosas resulten bien. Y lo peor de todo es que fue una embestida para mi Ego, y para mi propio autoconcepto.

_ La reacción normal de quienes no profundizan en los porqués de las cosas, ypero que sí que tienen fe en algo; hubiera sido la lógica respuesta de sufrir o victimisarse un rato. Y aunque esta siempre sea una opción para todos en todo momento, no era una opción para mí. Por lo más que lo adolorido y sufriente de mi interior hubiese coqueteado con la idea. Ya que literalmente me di cuenta de que son tantas mis obligaciones en este momento, que de nada me serviría autocompadecerme un rato; e insisto, por más adolorido que estuviera mi Ego.

_ En mis afanes por llegar a ser terapeuta algún día, dedico gran parte de mi escaso tiempo libre a leer sobre los recursos terapéuticos de "moda". Y no hace mucho me leí un libro de un psiquiatra norteamericano llamado Phill Stutz, en el cual habla de los "Recursos de Fuerzas Superiores". Lo cual me ayudó a renovar mis perspectivas sobre lo que me estaba sucediendo.

_ Para ser honestos, no resulta ser nada novedoso. Desde una perspectiva simplista se trata de la adopción del modelo de Solución de Conflictos Basados en Soluciones (disculpen el pleonasmo, pero no imaginé una mejor forma de traducir esta frase al español) adaptado a una especia de "espiritualidad evolutiva".

_ Desde finales de año, sentía una fuerte necesidad de reestablecer mi conexión espiritual, porque me sentía abrumado de que dada mi carga de trabajo, ya ni siquiera tenía el tiempo suficiente para orar y estar en presencia de la Divinidad y reencontrarme con mi Yo Divino. Y esto la verdad me dolía mucho, pero no hacía gran cosa por cambiarlo. Hasta el momento en que mi orgullo recibió una bofetada por parte de quien menos lo esperaba, y justo en el momento en el que deseaba exactamente todo lo contrario para mí y para mis relaciones personales.

_ "A mi manera" dice el Señor. Y en "la plenitud de los tiempos" promete Jesús en boca de San Pablo. Así que bajándome del caballo blanco de lo que no sabría decir si era mi ego, mi orgullo, mi autoestima o incluso mi soberbia (autoestima porque me llevaba dudar sobre mi propio valor como ser humano, o soberbia por concebir la idea de que me he sentido tan autosifuciente, al grado de pensar que quizá la espiritualidad ya no fuera importante para mí) tuve la oportunidad de dejar fluir mis sentimientos y exteriorizarlos. De sacarlos fuera de mí de manera brusca y violenta hasta llegar al punto de exhaución, de sentirme vulnerable y reconocer que necesito de mi relación con la Divinidad, para poder vivir. Pero de también de sentirme tan aliviado de lo que me abrumaba y encontrar ese momento de paz trascendental al cual muy difícilmente se logra llegar.

_ En fin. De un problema personal es posible redefinir nuestro propio valor, nuestro potencial interno. De reconocer nuestra parte Divina que mora en cada uno de nosotros, y que es de donde provienen nuestras fuerzas para levantarnos, sacudirnos el polvo y seguir caminando.

Después de estos duros días de inestabilidad emocional, de dolor, ira y tristeza, hoy puedo decir con toda la gratitud hacia el Universo y hacia mi Dios...

Jesucristo está dentro de mí. Lo ha estado ayer, lo está hoy, y lo estará por siempre...

Reciban un abrazo fraternal y un beso santo.


Rvdo. Daniel Fragoso.